Libro | Eso que nadie se quiere perder de Galel Maidana (Mansalva)

Podría decirse que el pasado, como herencia, y los contextos y las vivencias propias son los elementos que animan, en gran medida, del espíritu de los poemas de Eso que nadie se quiere perder, primer libro de Galel Maidana (Mansalva, 2021). Si se intenta -entre otras variantes posibles- una lectura que entrelace algunos datos de la información biográfica que brinda la solapa del volumen con los versos de varias piezas, se puede llegar a encontrar ciertas claves o “sentidos” para una buena cantidad de palabras, metáforas y figuras que sostienen los poemas, que se repiten explícitamente, incluso con ¿“plena”? autoconciencia. Así, se asegura en unos versos: “toda poesía es un ritual / y todo ritual / tiene un objetivo / evocador / operando”. Los poemas ¿en situación o misión? Se lee en otro: “evoco luces del pasado / que aún irradien”

Además de poeta, Galel Maidana es cineasta y músico. Por lo que no debería extrañar entonces que aparezca entrelazada en unos versos (preventivos, por denominarlos de algún modo) una palabra como loop: “mi memoria / caprichosa / en ese azar / donde siempre / lo que se repite / si se vuelve / loop mental / es perdición / locura / y estupidez”

Ritual de la memoria, atenta apertura hacia el/lo pasado, y también lo que se vive: hay aquí una poesía que contiene escenas, momentos que se crean por medio de alusiones y descripciones (de estados de ánimo) y observaciones (con sus refulgencias). Se generan estampas-síntesis, breves y rápidas pinceladas, como esta de los últimos versos de un poema que comienza enunciando (o anunciando) “se termina la noche”, y finaliza donde y cuando “aparece / el primer colectivo / ajusticiando la mañana”

Nacido en 1978, el autor es alguien que ha transitado de una anterior etapa analógica de las culturas y las comunicaciones, a la de la acelerada mundialización por la web y lo digital y lo virtual durante la década de 1990 y los años siguientes. (Recuérdense los libros de Alessandro Baricco como Los bárbaros y The Game.) En los poemas de Maidana, “un Generación X”, se alude a la existencia, a la experiencia y a la percepción de todo aquello que es fugaz, fluido, evanescente -incluidas las personas, no solamente las cosas-, en su relación con las tecnologías y “modernizaciones” que (nos) maquinizan: nos desvirtúan, desdibujan o redibujan. Virtualización y enajenación. Se habla de “ese extraño sentimiento / de verla a través de capas / de filtros digitales / en múltiples dimensiones / muy personales / que nunca pude comprender”; de “paraísos artificiales / de pura abstracción / o de situaciones reales / que se perdieron en el aire”. La sensación (¿de -otro, nuevo- hastío?) y su época: “lo que se repite / ese extraño sentimiento / de sentir su respirar lejano / en pixeles mediocres de una foto cualquiera / posteada en las redes / plasmando una realidad / a veces tan vulgar / de este siglo veintiuno”.

Intensa vivencia, como una melodía universal, aquí y ahora; un todo: “la serie cosmos / se repite como una música / de secuencias / electrónicas”

Nacido en la ciudad de Tegucigalpa, capital de Honduras (título homónimo de su disco, publicado en 2016), hijo de exiliados políticos argentinos durante la última dictadura, Maidana propone la esperanza junto al futuro -como sueño eterno-, contra tiempos pretéritos de carencias e incerteza; habla de: “cuando lloramos / por un pasado remoto / que desconocemos / por una victoria eterna / que sabemos / sobrevivirá / por siglos”. Y una interrogación sustancial, desde el fondo del tiempo al presente: “si tengo recuerdos aún frescos de / batallas de pasados remotos como buscarle / sentido a la continuidad con qué lenguaje / nombrarlo desde el búnker de la época”. Un presente que, a fin de cuentas, podría no ser tan distinto al pasado; se podría (o habría que) estar “soñando / pensando construyendo el enfrentamiento / cotidiano con el mundo”. Un mundo donde “todos juegan sus chances / aquí y ahora / porque estamos en guerra / desde hace tiempo”.

Pasado se dijo; insistencia y autoconsciencia: los versos aluden a todo aquello que “insiste / y vuelve a repetirse / porque me encuentro con marcas / en mi cuerpo / de ese pasado amoroso”. ¿Poética del sentir, y/o del mirar?: “mis ojos / que viven el pasado y el futuro / aquí y ahora / siempre salvajes / siempre silenciosos”. En todo caso, una voz poética siempre situada, transitando la (auto)biografía y las múltiples dimensiones de lo existente. (Lo corporal, lo temporal.) ¿El sujeto, situado? En todo caso, ante el enigma que mantiene siempre la poesía -no los poemas, ya que se puede intentar acceder a ellos con cada una de las lecturas, más o menos productivas, que se hagan-, se dejan vislumbrar, ver o localizar, pistas o referencias, no necesariamente obvias o “fáciles”, como el epígrafe para una imagen que concluye la obra, con un nombre propio y fecha. El mismo título del libro propone su propio misterio: ¿qué es o podría ser, qué será “eso” que “nadie”...?

La insistencia, no necesariamente como obsesión, sino como (un) origen. ¿Cuántas herencias nos conforman (y confirman)? ¿Cuántas vivencias, cuántos trazos delinean la silueta (y el sentido, el “significado”) de una vida? Desde la poesía, Galel Maidana arriesga, e intenta conseguir (conquistar) una, su forma.



GALEL MAIDANA – ESO QUE NADIE SE QUIERE PERDER (Mansalva)

Poesía y Ficción Latinoamericana ‖ 64 págs. ‖ 14 x 21 cm.

Galel Maidana escribe sus poemas como suaves transiciones de una épica flashera, hecha de imágenes que mutan en seres, dioses y plantas. Eso que nadie se quiere perder sintoniza telepáticamente con la cordillera espiritual del planeta.
Francisco Garamona

Hace unos cuantos años, con Galel tuvimos la iniciativa de poner un bar juntos, que se llamó Beba. Por supuesto fue un pésimo negocio, pero una experiencia hermosa que queda en nuestro recuerdo y en el de quienes estuvieron ahí. En algunas de esas noches, Galel balbuceaba entre copas las primeras versiones de estos textos, y es muy grato para mí ver que llegaron a conformar un libro luminoso y necesario.
Nicolás Moguilevsky



Demian Paredes
Escritor, periodista cultural y crítico
Twitter / Instagram

por Demian Paredes, 30 de Noviembre de 2021
compartir
Con el apoyo de