Urgencia subjetiva
Una urgencia subjetiva muestra aquello “que no sirve”, no sirve a la obra de arte que su autor llore, se case, pierda el ejemplo de lo que necesita, tenga relaciones consigo mismo o amores de sí.
La obra de arte se sostiene en aquello que “puede” hacerse público; el psicoanálisis reserva el silencio del secreto para los afectos privados; la política del poder excluye los sentimientos.
En la urgencia subjetiva algo de los afectos se derrama, nadie sabe que pueden unas lágrimas, un paso al límite del encierro hasta saltar alucinada en un edén rafaelista entre musas y ninfas, unos ojos azules, o un mensaje de texto.
Alguien se preguntará para que sirve una política de los afectos:
“para los inconcientes que protestan”, para sujetos evanescentes, sublunares, angélicos, rizomáticos en busca de alianzas, devenires, multitudes.
Diego Lozano